La protagonista de ‘Silenciosos con voz’ es hoy Poppy, una tímida podenquita sevillana, quien tras un largo recorrido ha conocido finalmente el calor y el afecto de una familia humana y ¡roedora! Nos lo cuenta Olga Barrio.
La historia de Poppy, de su mamá y hermanos es, por desgracia, bastante común. La mamá parió en una cuneta y voluntarios de Rufopato, un refugio de Sevilla, les recogieron a los pocos días. Pasado un tiempo, sólo quedaron en el refugio ella y un macho.
Cumplieron un año allí y un día, ella dejó su Sevilla natal, el campo en el que había vivido hasta entonces y tras un largo y, suponemos, estresante viaje, llegó a Barcelona. La tienda solidaria Pataners le abrió sus puertas, la colmaron de mimos, le pusieron su primer arnés, y le enseñaron a pasear con él. Ella era campestre, nunca había visto una ciudad. ¿Le gustó? Nada de nada.
En la otra punta de la ciudad mi niño y yo buscábamos un perrito para adoptar. Se aproximaba el verano y era buena época, ya que podríamos dedicarle todas las vacaciones. No teníamos preferencias pero yo pensaba en un macho mediano. ¿Cómo terminé con una hembra mini? Diremos que fue el destino. Pero en realidad fue una amiga quien me mandó una foto diciéndome que la veía adecuada para nosotros. Fui a conocerla y me enamoré. No sólo de ella, sino también de Pataners*, un proyecto muy bonito regentado por un hada de nombre Leire. Y nuestra hada nos terminó de unir, porque confió en nosotros y nos ayudó. Y llegó el día en que fuimos a buscarla. Y Poppy volvió a cambiar de hogar, el tercero en un año.
Al principio le daba miedo todo, se instaló debajo de la mesa del comedor y allí se quedó. Salíamos de casa y al volver seguía en el mismo sitio. Era como si hubiéramos adoptado a un peluche. Tengo que confesar que llegué a agobiarme y creo que lo pasé yo peor que ella. Mi hijo, en cambio, estaba contento y optimista. ‘Mejorará mamá, estoy seguro’, me decía. Tulipa se convirtió, sin quererlo, en una cobaya de asistencia. Pronto descubrimos que tenía una gran curiosidad por esa bola de pelo gris que vivía en una jaula y no paraba de moverse. Si queríamos que Poppy saliera de debajo de la mesa, tan solo había que coger a Tulipa en brazos. Hasta que un día descubrió el sofá, y que se estaba a gusto entre nosotros. Y llegó la hora de volver al trabajo, y al cole. No parecía importarle quedarse sola. Y no fue hasta octubre, 3 meses después de su adopción, en que vino a recibirnos al llegar a casa. Fue un instante mágico que desde entonces se repite cada noche. Con permiso de nuestra cobaya, ahora es ya la reina de la casa.
El miedo aún nos acompaña en la calle pero en el pipí can del barrio a veces le sale un arrebato de curiosidad y se acerca a algún peludo. Y ahí seguimos, aprendiendo unos de otros. Porque lo bueno se hace esperar. Y porque lo merece.
Poppy nació en mayo de 2016 y la adoptamos en julio de 2017.
Bibliotecas, tiendas solidarias y…¡Poppy!
A finales del año pasado Olga nos contactó porque quería adquirir dos libros, uno para ella y otro para donarlo a la Biblioteca de Penitents en Barcelona para la sección de protección animal. Nos hizo muchísima ilusión, sobre todo cuando lo destacaron el 1 de febrero en El Día del galgo.
Poco después, en marzo de este año Leire de Pataners nos escribía para colaborar con la campaña solidaria que hacemos cada año para el Día del Libro (23 de abril) y ayudar a Baasgalgo.
Fue entonces cuando Olga vio la conexión entre nosotros y Pataners y nos volvió a escribir comentándonos que Poppy venía de la ‘casa’ de Leire y nos mandó la historia que acabáis de leer.
¿Coincidencias? Puede que sí, puede que no…en cualquier caso, nos encantan los finales de ‘silenciosos con voz’ y esperamos que aquellos que esperan en Pataners la llegada de su familia tengan la misma suerte de la pequeña Poppy. Damos fe que Leire deja cuerpo y alma en que así sea.
NOTA: ‘Silenciosos con voz’ son historias de galgos, podencos y perros de cualquier raza que han llegado, por fin, a vivir una vida digna. Si nos quieres contar en unas líneas (hasta 300 palabras) lo que fue y es la vida de tu ‘silencioso’, escríbenos y mándamos una foto de tu perro junto a ‘El silencioso amigo del viento’ a: lisienator@gmail.com