Este es mi Bobi, ‘mi angelote’- Nos cuenta Domi – Llegó a casa de una forma silenciosa, sin hacer ruido y se quedó a vivir en nuestros corazones. Su cazador lo llevó a «sacrificar» porque se había roto una pata cazando. Después de quince días vio que la pata seguía hinchada, que no se trataba de algo pasajero y optó por matarlo. Mi veterinaria me llamó para decirme que había ido un galguero y que la inyección letal se le había parecido muy cara, que ya iba a ver ‘cómo lo hacía’. Le dije que lo llamara y llevara al galgo si no era demasiado tarde…Y apareció con este ángel. Operamos su pata. El codo lo tenía destrozado. Más fácil fue reconstruir el cúbito.
Bobi lleva cuatro años con nosotros y parece que ha vivido siemrpe aquí. Ya no me imagino mi sofá si un silencioso encima.
NOTA: ‘Silenciosos con voz’ son historias de galgos, podencos y perros de cualquier raza que han llegado, por fin, a vivir una vida digna. Si nos quieres contar en unas líneas (hasta 300 palabras) lo que fue y es la vida de tu ‘silencioso’, escríbenos y mándamos una foto de tu perro junto a ‘El silencioso amigo del viento’ a: lisienator@gmail.com