Platera y Yo – Silenciosos con Voz

Ayer, 28 de mayo, fue el Día del Perro sin Raza. Aunque nuestra gesta principal son los lebreles, no queremos dejar de solidarizarnos con los ‘sin raza’ quienes tristemente viven en muchas ocasiones la misma situación de maltrato y abandono que los galgos y llenan refugios y protectoras en busca de adopción y una vida digna.
Para rendir homenaje, pues, a todos los chuchos y pataners os dejamos la historia de Platera, una precioso mestiza ‘silenciosa’, contada por su humana Paula.

Platera se cruzó en mi vida hace casi dos veranos. Callejeaba desorientada temerosa justo una tarde en la que el destino quiso que estuviera trabajando en ese lugar y en ese momento.

Ese mismo día se vino a casa, y conoció a sus compañeros Gatuno y Pizca. Desde entonces nuestras vidas han cambiado mucho, y somos seis en la familia. A pesar de sus miedos, de su tozudez y de sus «cambios de humor», ya no podría vivir sin ella. Mi pequeña galgapodencamestizapreciosa.

17 de mayo 2015 Paula

El Día del Perro sin Raza fue una iniciativa que creó hace cinco años la periodista Melisa Tuya a través de su blog ‘En busca de una segunda oportunidad’, un espacio para promover la adopción fundamentalmente de perros y denunciar el maltrato animal.

Manifiesto del Perro sin Raza:

  1. Soy un perro sin raza. Cuando la gente pregunta a mi amo por la calle de qué raza soy, le gusta responder con orgullo que soy mestizo, un mil-leches o un mil-sangres, sencillamente, un perro… su perro.
  2. Soy un perro sin raza, así­ que soy un perro exclusivo. Todo perro sin raza es siempre original, único. No hay dos iguales.
  3. Soy un perro sin raza. Un perro con dos orejas, dos ojos, una nariz, un rabo, cuatro patas y muchos dientes. Un perro como todos.
  4. Soy un perro sin raza. A mi familia de humanos les da igual si soy el perro más guapo del mundo o el más feo.
  5. Soy un perro sin raza, así que tengo muchas más posibilidades de pisar el veterinario solo para ponerme las vacunas. No es ninguna leyenda urbana que los perros mestizos somos más sanos.
  6. Soy un perro sin raza y mi carácter es fruto de la selección genética natural, el sistema más sabio. Es el que usáis los humanos.
  7. Soy un perro sin raza, como muchos otros perros que han sido adoptados en una protectora, que fueron encontrados o regalados.
  8. Soy un perro sin raza, pero no soy un perro que salga gratis. Todos los perros costamos dinero en comida, vacunas, residencias caninas, peluquerí­as… eso sin contar que nos podemos poner enfermos y necesitar un caro tratamiento.
  9. Soy un perro sin raza, aunque los perros de raza son, en el fondo, perros mestizos fotocopiados.
  10. Soy un perro sin raza, es decir, soy un perro tan bueno como cualquier otro.

NOTA: ‘Silenciosos con voz’ son historias de galgos, podencos y perros de cualquier raza que han llegado, por fin, a vivir una vida digna. Si nos quieres contar en unas líneas (hasta 300 palabras) lo que fue y es la vida de tu ‘silencioso’, escríbenos y mándamos una foto de tu perro junto a ‘El silencioso amigo del viento’ a: lisienator@gmail.com